“Dios es un excelente empresario”
Por María Irazusta
Este fabuloso titular me lo ha soltado a bocajarro Álvaro Ramos, un preciado obsequio para mi alma de plumilla.
Escuchar estas palabras de quien mudó su traje y corbata por una sotana; quien cambió un puesto directivo por la plena dedicación a ACOES (una ONG que opera en Honduras, el segundo país más pobre de América y el quinto más violento del mundo) y quien se despojó de una vida de máximo confort para hacer que el infierno en la tierra que otros viven sea un poco más templado… te deja sin aliento.
Escuchar la rotundidad, la profundidad y la franqueza que emana del discurso de Álvaro, que hace referencias constantes a “los pobres” y no a “los desfavorecidos” en un contexto lingüístico contaminado de tantas memeces y piruetas eufemísticas para edulcorar la realidad y la verdad…te da una hostia (sin consagrar, Álvaro) de realidad.
Haber tenido la oportunidad de compartir con él, y con buena gente -su gente-, la satisfacción de que ACOES recibiera, del propio Rey Felipe VI el Premio Rey de España en una ceremonia en la Universidad de Alcalá de Henares… te alegra el alma.
En suma, conocer qué es ACOES y quién es Álvaro Ramos y narrarlo desde nuestra Agencia de Comunicación es un honor y un privilegio.
Con este extenso post pretendo que el amor de quienes apoyamos a ACOES se expanda y prenda al menos en alguno de quienes conozcan su historia. Un poderoso proyecto que es una verdadera gestora para resolver o, por lo menos, paliar la pobreza: cada día logra el milagro de que 6.000 personas coman y 11.000 estudien. La educación es la base de todo y la economía, el instrumento.
Quien está al frente de ACOES es Álvaro Ramos, uno de los nuestros, uno de los perfiles que resaltan en LinkedIn: licenciado en ICADE, cursó un MBA en Estados Unidos que le llevó a trabajar en Bank of America, en el bufete de abogados Freshfield y después en la gestora Azora; una formación de élite, al servicio de los más necesitados.
Pero su vocación de ayudar y hacerlo de forma profesional ya formaba parte de su ADN educativo, ya que el máster que estudió en EEUU versó sobre cómo resolver la pobreza a través de los negocios. Gracias a sus estudios percibe que el “buenismo” no resuelve los verdaderos problemas. Se propone pasar a la acción e intenta crear una ONG, pero lo descarta por considerarlo postureo social: ir de visita con ánimo de ayudar y luego volver a un buen hotel.
Decide entonces quedarse en Honduras solo con sus propios ahorros, conoce al padre Patricio, fundador de ACOES, ve que su proyecto sí es real y se implica hasta el punto de dejarlo todo y trasladarse allí definitivamente.
¿Y por qué eligió esta ONG? Porque, como asegura Álvaro: “Tengo cierta visión crítica sobre algunas ONGs. ACOES no es una ONG al uso (aunque en su denominación sí puede ser considerada como tal) es una asociación creada por pobres para pobres. Personas que se desarrollan en la asociación y que no quieren marcharse cuando estudian una carrera y que quieren devolver a su comunidad lo que han recibido. Es una manera de ayudar mucho más empresarial. Cuando reciben muchísimo dinero, muchas veces las ONG son muy ineficientes. Hay que eliminar los intermediarios del proceso y ser más eficiente”.
Para Álvaro la eficiencia estudiada y aprendida es practicada en ACOES. Por eso dice aquello de que Dios es un excelente empresario que quiere crear cosas y hacerlas crecer. “Al final no es un trabajo tan diferente al de una gran empresa, porque en el fondo una empresa busca lograr resultados, y en este caso, los resultados son las personas. Formar a un niño, a la larga te da un profesional comprometido que puede producir mucho para su país”, sostiene Álvaro. También maneja ratios como el potencial de inversión: “La formación de una persona cuesta 6.000/8.000 dólares, el potencial que genera (salario) son 200/300 mil dólares por persona”.
Y entre potencial de inversión, eficiencia y otros términos más etéreos, Álvaro narra con crudeza que los bebés nacen en Honduras con 9 meses de desnutrición, que hay niños zombis víctimas de las maras. Pero sobre todo, relata historias de superación: la de un chico que estudió la carrera debajo de una farola y ahora es licenciado en microbiología, o la de una doctorada en pedagogía que caminaba dos horas hasta la escuela descalza para no estropear los zapatos que se ponía al llegar a clase.
Y fue en ese ambiente cuando a Álvaro le nace la vocación cristiana, -él que “no era nada capillitas” como confiesa con gracejo-, decide hacerse misionero y ordenarse sacerdote por entender que es la mejor forma de ayudar de verdad.
Sobre ACOES
ACOES (Asociación Colaboración y Esfuerzo) es una organización no gubernamental sin ánimo de lucro constituida en Tegucigalpa (Honduras). A través de los proyectos educativos que desarrolla, fomenta la solidaridad y trabaja para la educación y el desarrollo integral del ser humano en los sectores de población más pobres.
El voluntariado es uno de los principales pilares que caracteriza y distingue a ACOES, ya que en la asociación nadie cobra un sueldo por su trabajo. Entienden el trabajo voluntario como una forma de solidaridad respecto a la población más necesitada y como un signo de responsabilidad social respecto a las injusticias sociales.
Entre tanto caso de éxito de los que se habla en estos lares, esta auténtica historia de éxito merece ser contada.